Capítulo 10: La Inevitabilidad de la Liberación

Gary North

Narrated By: Fernando Sanchez
Book: La Liberación Del Planeta Tierra
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Chapter Text

Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de

confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día (Deut. 8:18).

Este versículo es crucial para entender la relación entre el progreso de la ley bíblica y el progreso cristiano a través del tiempo. Dios les otorga dones a las sociedades que son fieles al pacto. Dios da estos dones para reforzar la confianza de los hombres en la veracidad de su pacto, y por lo tanto llevarles a una fidelidad aún más grande, que a su vez los llevará a bendiciones adicionales. Las bendiciones visibles deben servir como confirmaciones del pacto. Dios, por lo tanto, les da a los hombres la salud y la riqueza “a fin de confirmar su pacto.” Cuando los hombres responden en fe y obediencia, se crea un sistema de confirmación positiva visible.

La historia bíblica es lineal. Tiene un principio (la creación), un significado (el pecado y la redención), y un fin (el juicio final). El énfasis de Agustín en la historia lineal en vez de en la historia cíclica pagana fue lo que transformó el pensamiento histórico de Occidente.1 Pero la perspectiva bíblica de la historia es más que lineal. Es progresiva. Significa la expansión cultural visible. Esta fe en el progreso cultural es lo que ha sido singular en la civilización Occidental moderna. Luego, los pensadores de la Ilustración del siglo 18, 2 y los comunistas, 3 secularizaron esta perspectiva optimista, y por la disminución de ella en el siglo 20 la supervivencia de la civilización humanista Occidental es amenazada.4

1. Charles Norris Cochrane, Christianity and Classical Culture: A Study in

Thought and Action from Augustus to Augustine (New York: Oxford University

Press, [1944] 1957), pp. 480-83.

2. Robert A. Nisbet, “The Year 2000 and All That,” Commentary (June 1968).

3. F. N. Lee, Communist Eschatology (Nutley, New Jersey: Craig Press, 1974).

4. Robert Nisbet, History of the Idea of Progress (New York: Basic Books, 1980),

ch. 9 y Epilogue.

La Teología del Dominio

Frente al Pesimismo

La victoria es un concepto ineludible en la historia. No existe ninguna duda acerca de la victoria, ya sea de los que guardan el pacto o sea de los que lo rompen. La única pregunta es: ¿Quién ganarán Si los que rompen el pacto se rebelan contra la ley bíblica, y llegan a ser externamente consistentes con sus propias presuposiciones contra Dios y en contra de la ley bíblica, entonces llegarán a ser históricamente impotentes.

No hay neutralidad en ninguna parte del universo. Pero como no hay neutralidad moral ni intelectual, entonces no puede haber neutralidad institucional, pública, cívica, cultural, o de cualquier otra clase. Entonces, ¿qué clase de perspectiva mundial produce gente productiva? ¿La liberación que ofrece Jesucristo o la liberación que ofrece Karl Marx? ¿Cuál ofrece las bendiciones positivas de la mano de Dios? ¿Cuál producirá el juicio de Dios?

Algunos cristianos sostienen que el reprobado saldrá casi victorioso en la historia, no los cristianos. Sólo al final de los tiempos los que rompen el pacto tendrán que hacer frente a la realidad de su derrota, cuándo Dios tenga su juicio final.

Considere lo que quiere decir esto. Significa que el cristianismo no marcha. He aquí lo que los pesimistas dicen:

“A la medida que los cristianos se ocupan de su propia salvación con temor y temblor (Phil. 2:12), mejorando sus credos, mejorando su cooperación el uno con el otro a base de la unanimidad de los credos, a la medida que aprenden como la ley de Dios se aplica en su propia era, y llegan a ser capaces de aplicar la ley de Dios que han aprendido, ellos se convierten culturalmente impotentes. Parece que llegan a ser infértiles también. No llegan a ser fructíferos y no se multiplican. O si hacen lo mejor para cumplir este mandamiento, se quedan sin las bendiciones de Dios —bendiciones que El ha prometido a los que siguen las leyes que El ha establecido. En resumen, el aumento de la conciencia propia filosófica y moral por parte de los cristianos lleva a la impotencia cultural.”

“Por otro lado, a la medida que los rebeldes perfeccionan su manera de pensar del antinomia-nismo —la religión de caos revolucionario o la religión de revolución —llegan a ser más poderosos. Cuanto más ellos se alejan de las presuposiciones con respecto a Dios, al hombre, a la ley, y al tiempo que hicieron posibles la tecnología Occidental y el desarrollo económico, más ricos se hacen. A la medida que van aprendiendo quienes son y quien es Dios, se apropian más de los frutos de los justos.”

En resumen, excepto en el día del juicio, el próximo versículo bíblico no es cierto: “El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos; Pero la riqueza del pecador está guardada para el justo” (Prov. 13:22).

Sí, cada cristiano admite que después del día del juicio, los cristianos resucitados lo heredarán todo. Pero después de la resurrección, el mundo será transformado. Si la iglesia pierde en su tarea histórica, entonces no tendrá ni tan siquiera el recuerdo de cómo Dios bendice la fidelidad basada en el pacto con victoria externa. No habrá herencia material de la riqueza de los humanistas victoriosos. ¿Qué valdría para los cristianos resucitados sin pecado heredar los harapos culturales mugrientos del mundo antes de la resurrección? ¿Qué valdría si Dios devolviera a su pueblo inmortal y libre de pecado la riqueza que acumularon los humanistas consistentes que están en contra de Dios? ¿Y por qué habrían sido estos- humanistas capaces de gobernar el mundo de Dios antes de la resurrección en primer lugar? Nuestro mundo funciona conforme a la ley, la ley del pacto de Dios, pero los pecadores que consistentemente pecan rehusarían cumplir tales leyes del pacto, presuponiendo que actuaran consistentemente con sus presuposiciones religiosas.

Necesitamos discutir la base de la victoria en la historia como la Biblia la presenta. Mi discusión de los principios de la victoria se relacionan con la estructura del pacto de Deuteronomio. La herramienta del dominio que Dios da a su pueblo es Su ley revelada. Abandone ud. la ley bíblica, y abandonará cualquier esperanza de victoria a largo plazo.

Abandone su compromiso a la ley bíblica, y llegará ud. a ser antinomiano.

Los que predicen el fracaso de la misión de la iglesia en el evangelismo mundial dicen que Satanás ganará en las luchas de la historia hasta ese día final que termina la historia (Apocalipsis 20). La iglesia falla en su misión de evangelizar al mundo, discipular las naciones, y dominar la tierra para la gloria de Dios. Este es el corazón y el alma de la teoría pesimista de la historia. La iglesia fallará. Ellos hablan de victoria —es cierto, el lenguaje de los pesimistas se llena con frases victoriosas que suenan bonitas —pero realmente significan la derrota histórica.

Los cristianos son humildes delante de Dios, pero confiados delante de la creación que Dios les llama a dominar. A fin de cuentas, ellos tienen la ley bíblica y el Espíritu Santo. Esta confianza finalmente lleva a los cristianos a la derrota y al desastre histórico, dicen los pesimistas. ¿Pero por qué deben perder los cristianos? ¿Por qué debe la obediencia alas leyes de Dios producir un fracaso? ¿Por qué debe fallar el mensaje del evangelio, cuando éste produce buenos frutos?

Los rebeldes éticos son arrogantes delante de Dios, y reclaman que toda la naturaleza es goberné da por las leyes de la probabilidad que no tienen explicación —el caos en su esencia, principalmente el caos moral. Los que predicen el fracaso de la iglesia dicen de los humanistas y los comunistas que por sumergirse en la filosofía del caos moral y revolucionario —la religión de revolución —los infractores de pacto, serán de algún modo capaces de surgir totalmente victoriosos por toda la faz de la tierra, una victoria que se detendrá sólo por la intervención corporal de Jesucristo en el juicio final. Un compromiso a la desobediencia de la ley lleva a la victoria externa. Esto no tiene ningún sentido teológico, mucho menos moral.

La Palanca de la Maldad: El Bien

Los que rompen el pacto tienen que hacer el bien externamente para aumentar su habilidad de hacer lo malo. Necesitan usar la palanca de la ley de Dios para aumentar su influencia. Estos rebeldes no serán capaces de actuar con consistencia con sus propias presuposiciones intelectuales y religiosas y todavía ser capaces de ejercitar el poder. Ellos quieren el poder más de lo que quieren la consistencia filosófica. Esto es especialmente cierto a los que rompen el pacto del occidente que viven a la sombra de la teología cristiana del dominio. En resumen, se refrenan a sí mismos para que no se realicen las consecuencias de su propia consistencia, son personas que creen en el azar, y en el caos, y en una vida que no tiene objeto alguno, pero estos buscadores de poder no obstante escogen la estructura, la disciplina, y la retórica de la victoria final.

Si un investigador moderno quisiera ver la cultura más consistentemente pagana concebible, podría visitar la tribu africana de los Ik. Colín Turnbull la visitó, y su libro, La Gente de la Montaña (1973), es un clásico. El encontró una rebelión casi total en contra de la ley —la ley familiar, la ley cívica, de toda ley. Pero también encontró un pueblo tribal totalmente impotente y vencido que estaba llegando a extinguirse rápidamente. Eran inofensivos al occidente porque fueron más consistentes a sí mismos que los satanistas occidentales.

La diferencia entre los buscadores del poder humanistas y los paganos tribales más consistentes pero más suicida, es la diferencia entre los comunistas y los Ik. Es la diferencia entre la religión del poder y la religión del escape. Algún místico oriental que busca el escape por medio de las técnicas ascéticas de retirada, o algún imitador occidental con una máquina de ondas-alfa y audífonos (¡Para hacerse un yogui electrónico inmediato!), actúa mucho más consistentemente con la filosofía anti-cristiana de la vida sin sentido que un comunista revolucionario. El yogui no es completa mente consistente: él todavía necesita las técnicas de la disciplina, y la disciplina supone un universo de orden. Pero él es mas consistente que el comunista. El no busca la salvación para un mundo de ilusión completa (maya) a través del ejercicio del poder.

La Inconsistencia de Satanás

Satanás necesita una vía jerárquica para ejercitar el poder. Por eso, que para crear la mayor destrucción en contra de la Iglesia, Satanás y sus seguidores necesitan imitar a la iglesia. Como el niño que necesita sentarse en el regazo de su padre para abofetearlo, así el rebelde que odia a Dios necesita una imitación fingida de la teología del dominio de Dios para ejercitar el poder. Un niño que rechaza la idea del regazo de su padre no puede esperar abofetearlo. El anti-cristiana ha adoptado oficial mente una teoría de existencia “anti-regazo.” El no admite que existe una relación de causa y efecto entre el regazo y el golpe. A la medida que él actúa consistentemente con esta perspectiva, él llega a ser impotente para atacar el pueblo de Dios.

Esto significa que con un aumento de la vida consistente, los aspectos éticos de la separación entre los salvos y los perdidos llega a ser cada vez más fundamental. Los incrédulos reconocen cada vez más cuanto odian a Dios y cuan diferentes ellos son de los cristianos, pero el auto-reconocimiento creciente de parte del no creyente que busca el poder no lo lleva a aplicar la filosofía de Satanás de la vida sin sentido y el caos; lo lleva a aplicar la imitación de Satanás de la religión del dominio, la religión del poder.

El incrédulo puede lograr el poder sólo por rehusar a llegar a ser completamente consistente con la religión de caos de Satanás. El necesita la organización y el capital —dones de Dios, de vida, conocimiento, ley, y tiempo —para producir la destrucción máxima. Como la Unión Soviética, que siempre ha tenido que importar o robar la mayoría de su tecnología de occidente para construir un arsenal para destruir a occidente, l así mismo el satanista tiene que importar el capital intelectual y moral de los cristianos para emprender una campaña efectiva contra la iglesia.

1 Antony Button, The Best Enemy Money Can Buy (Billings, Montana: Liberty House, 1986). En cuanto a la dependencia de la Unión Soviética de las importaciones occidentales comerciales, véase también Sutton, Western Technology and Economic Development, 3 volumes (Stanford, California: Hoover Institute Press 1968-73); Charles Levinson, Vodka Cola, (London: Gordon & Cremonesi, 1978); Joseph Finder, Red Carpet (New York: Holt, Rinehart & Winston, 1983).

Primero, el cristiano ejerce el dominio al hacerse más consistente con la fe cristiana que tiene; esto significa que es moral y lógicamente cosistente con el hombre nuevo dentro de él, y por lo tanto se adhiere aún más a la ley de Dios. La ley bíblica es la herramienta completamente consistente del dominio para la persona que guarda el pacto.

Segundo, el que rompe el pacto ejerce el poder al hacerse contradictoria a su filosofía del azar. Puede cometer crímenes efectivos sólo por hurtar la perspectiva mundial de los cristianos. Mientras más grandes son los crímenes que desea cometer (el impulso ético del maligno), más cuidadosamente él tiene que planear (el impulso moral de la justicia: contar los costos [Lk. 14:28-30]. El cristiano puede trabajar para cumplir el pacto del dominio por una vida de pensamiento y acción consistentes; el anti-cristiano puede lograr una campaña ofensiva y destructiva en contra de los cristianos —a diferencía de una vida destructiva de drogas y vicios —sólo por hurtar la perspectiva bíblica del mundo y torcerla para sus propósitos malignos. En resumen, para llegar a ser realmente maligno se necesita llegar a ser bastante bueno.

La Biblia dice que todos los que odian a Dios aman la muerte. (Prov. 8:36). Por lo tanto, para que los que odian a Dios vivan consistentemente, tendrían que suicidarse. No es sorprendente que el filosofo francés existencialista Albert Camus se fascinó con la posibilidad del suicidio. El fue consistente con su filosofía de la vida sin sentido.

Para llegar a ser una amenaza histórica a los cristianos, los incrédulos tienen que refrenar su propio impulso natural, es decir, la búsqueda de la muerte. Así que su aumento de consistencia a través del tiempo es incompleto, hasta la rebelión final, cuando su propio acto de rebelión cause el juicio final.

Esta será la culminación final en la historia del desafío envidioso de la obra anterior de Satanás en atraer al populacho a crucificar a Cristo: un acto de violencia que aseguró su juicio y la derrota total. Pero lo hizo de todas formas, por despique. Cuándo Dios finalmente quite Su refreno sobre el impulso suicida de ellos, ellos lanzarán su rebelión suicida. La eliminación del refreno de Dios siempre es un preludio al juicio.

Entonces la guerra ética se agudizará. ¿A quién debemos esperar que Dios bendiga en esta intensificación de la guerra ética? ¿El cristiano cuya perspectiva del mundo es consistente y honra a Dios, o el que odia a Dios, cuya perspectiva del mundo es inconsistente y se opone a Dios? ¿Quién se agobiará cada vez más con la esquizofrenia moral e intelectual a la medida que pase el tiempo y su entendimiento propio aumente? ¿Los planes de conquista de quién serán incompatibles con su doctrina de la existencia, los del cristiano o los del anti-cristiano? ¿Quién está creciendo en el auto-entendimiento, el cristiano o el anti-cristiano?

Las respuestas deben ser obvias. Desgraciadamente debido a la predicación cristiana del siglo veinte, las teologías pesimistas hacen que lo claro sea oscuro, y estas han dominado desde los años 30,

El Pesimismo Tiene las Cosas al Revés

Ahora debe ser claro que la versión de los cristianos pesimistas de la relación entre la ley bíblica y la creación está completamente al revés. Sin duda Satanás desea que fuese una versión verdadera. Sin duda él quiere que sus seguidores crean que por adherirse progresivamente a la ley bíblica, los cristianos caerán en una creciente impotencia cultural. Sin duda él quiere que sus seguidores crean este error absurdo. Pero, ¿cómo puede un cristiano consistente creer esto? ¿Cómo puede un cristiano creer que obediencia a la ley bíblica produce la impotencia cultural, y al mismo tiempo que un compromiso al caos filosófico —la religión de la revolución satánica —lleva a la victoria cultural?

No hay duda en mi mente de que los pesimistas no quieren enseñar tal doctrina, pero ahí es donde su pesimismo los lleva inevitablemente. Ellos rehúsan reconocer la realidad futura del dominio cristiano en la tierra antes del juicio final por medio del aspecto de la confirmación positiva de las bendiciones del pacto: de la obediencia a la bendición a la obediencia aún mayor.

La ley bíblica es básica al cumplimiento del mandato cultural, llamado también el pacto del dominio. Es nuestra herramienta del dominio. Sólo hay cuatro posibilidades con respecto a la ley: la ley revelada, la ley natural, el caos, o una combinación sincretista de lo de arriba (por ejemplo, la regularidad estadística: un poco de la ley natural y un poco de azar). El pensamiento cristiano de este siglo ha negado abiertamente la primera posibilidad: el carácter válido de la ley del Antiguo Testamento en los tiempos del Nuevo Testamento. No encontramos ningún tratado sobre la aplicación contemporánea de la ley bíblica escrita por teólogos cristianos pesimistas.

Cuándo los cristianos vuelvan a comenzar a tomar la ley revelada de Dios seriamente, ningún movimiento humanista será capaz de impedir la expansión de iglesia. Los cristianos por fin habrán utilizado la herramienta de dominio de Dios.

El Derramamiento del Poder del Espíritu Santo

El cristiano necesita reconocer que lo que distingue la ley bíblica en la época del Nuevo Testamento de la época del antiguo pacto es el poder sumamente mayor que caracteriza a los cristianos por el Espíritu Santo para obedecer la ley.6

6. Greg L. Bahnsen, By This Standard: The Authority of God’s Law Today (Tyler, Texas: Institute for Christian Economics, 1985), pp. 159-62, 185-86.

El derramamiento de poder del Espíritu es una distinción fundamental entre los dos períodos de pacto. Pero este derrama miento mayor del poder por el Espíritu tiene que manifestarse en la historia si ha de diferenciarse del fracaso repetido por los creyentes de la época del viejo pacto para permanecer en el modo de la “confirmación positiva,”: las bendiciones. – . mayor fe . – . mayores bendiciones, etc. Es este aspecto de la confirmación positiva de la ley bíblica en los tiempos del Nuevo Testamento el que une la ley bíblica con el optimismo hacia el futuro (la teología del dominio).

¿De verdad significa algo en la historia el gran poder del Espíritu Santo? Si mantuviéramos que el mayor derramamiento del poder del Espíritu Santo en la época del Nuevo Testamento es sólo una clase de suplemento teórico a la historia,- y por lo tanto la ley bíblica realmente no sería predicada ni obedecida en esta época antes del juicio final, entonces nosotros de verdad estaríamos abandonando la idea completa del derramamiento con poder por el Espíritu Santo a los cristianos y a la sociedad cristiana en la historia. Pero la gente discute de esta manera: “Sí, el Espíritu llena del poder a los cristianos para obedecer la ley bíblica; sin embargo, ellos no adoptarán ni obedecerán la ley bíblica en la historia.”

¿Será la manifestación progresiva de los frutos de obedecer la ley bíblica también estrictamente interna y no externa? Si ése es el caso ¿entonces qué ha acontecido al aspecto de confirmación positiva de la ley del pacto? ¿Qué ha acontecido con el derramamiento del poder del Espíritu Santo?

Yo sostengo que el derramamiento del poder del Espíritu Santo en el pueblo de Dios para obedecer y poner en vigor la ley bíblica es lo que hace inválida la posición implícita del anti-dominio con respecto a la ineficacia de la ley bíblica en los tiempos del Nuevo Testamento. Si los cristianos obedecen la ley de Dios, entonces el proceso de confirmación

positiva es inevitable; forma parte del aspecto de la creación gobernado por la ley: “de victoria en victoria.” (2 Cor. 3:18). Si algunos segmentos de la iglesia se rehusan a obedecerla, entonces esas segmentos perderán eventualmente su influencia, dinero, y poder. Su lugar será tomado por esas iglesias cristianas que obedecen las leyes de Dios, y que por lo tanto experimentarán las bendiciones externas del pacto. Como resultado, estas iglesias extenderán el evangelio con más eficacia. Este es el aspecto de la confirmación positiva de la ley bíblica.

Si aceptamos la posibilidad de una defensa de la ley de Dios que rechaza la inevitabilidad histórica de la expansión a largo plazo del dominio cristiano por medio de la confirmación positiva del pacto, entonces enfrentamos un mayor problema: cómo explicar la diferencia entre la Iglesia del Nuevo Testamento y el Israel del Antiguo Testamento. Si la iglesia cristiana falla en construir el reino visible por medio de la ley bíblica y el poder del evangelio, a pesar de la resurrección de Cristo y la presencia del Espíritu Santo, entonces, ¿qué clase de religión predicamos? ¿Por qué es la Iglesia una mejora cultural y socialmente significativa sobre el Israel del Antiguo Testamento?

¿Qué dice tal teología sobre el evangelio? ¿Qué clase de poder ofrece el evangelio a los hombres para vencer los efectos del pecado en la historia? ¿Nunca será vencido en la historia ese éxito que Satanás tuvo una vez cuando tentó a Adán? ¿Tratará Satanás de consolarse a sí mismo por toda la eternidad con el pensamiento de que por derrotar a

Adán, le hizo imposible a la humanidad poner en práctica el pacto del dominio en la historia, aún tomando en cuenta la muerte y resurrección de Cristo? Si discutimos de esta manera —el fracaso de un orden de la ley bíblica lleno del poder del Espíritu Santo para producir un reino visible —entonces tenemos que encontrar una respuesta a esta pregunta: ¿Por qué triunfa el pecado en la historia, frente al evangelio?

Entonces hay una pregunta descortés pero inevitable: ¿Porqué es Jesús un fracasado en la historiad

Los pesimistas, por predicar la impotencia escatológica culturalmente, se sumergen a sí mismos en arena movediza —la arena movediza del antinomia- nismo. Algunas arenas se mueven más rápidas que otras. Eventualmente, devoran a cualquier persona tonta que trata de caminar por ellas. El antinomia- nismo conduce a los fosos de la impotencia y la retirada. Nadie quiere arriesgar todo lo que posee, inclusive su vida, en una batalla que su comandante dice que no se ganará. Sólo unas pocas almas intransigentes lo tratarán. Se puede construir un gueto con tal teología, pero no se puede construir una civilización.

La ley bíblica se tiene que predicar también. Se tiene que ver como la herramienta de la reconstrucción cultural. Se tiene que ver como vigente hoy, en los tiempos del Nuevo Testamento. Se tiene que ver que hay una relación entre la fidelidad al pacto y

obediencia a la ley bíblica —que sin obediencia no hay fidelidad, por más emocional sean los creyentes, o por más dulce sea el sabor del evangelio (por un rato). Además, hay bendiciones externas que siguen a la obediencia al pacto de la ley-orden de Dios.

¿Cómo Pueden Perder los Cristianos?

Los cristianos vencen al mundo de la misma manera que vencen el pecado en su propias vidas: por obedecer a Dios. Nosotros no llegamos a ser menos pecaminosos por imitar al mundo de pecado.

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Rom. 12:2).

Sed imitadores de mí, como yo lo soy de Cristo (1 Cor. 11:1).

No llegamos a ser más poderosos por imitar la religión de poder de los humanistas. El cristiano está llamado a la auto-conciencia ética. De esto sale un mayor auto-entendimiento. La ética es el asunto fundamental, no el conocimiento filosófico, ni el poder político o militar.

El aumento en el entendimiento ético de los cristianos les lleva a un creciente entendimiento de los principios de conocimiento bíblico. Los cristianos piensan los pensamientos de Dios, como criaturas hechas a su imagen.

Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediendia a Cristo (2 Cor. 10:3-5).

El punto en cuestión es Inobediencia, no el rigor filosófico. La obediencia a fin de cuentas es lo que trae a la iglesia una sabiduría creciente y rigor filosófico creciente.

El seguidor de Satanás no puede esperar igualar a la iglesia intelectualmente, porque los cristianos tienen la mente de Cristo éticamente (1 Cor. 2:16). La única cosa que impide que los que rompen el pacto se vuelvan locos y se suiciden es que Dios refrena su habilidad para seguir la lógica de sus presuposiciones contra Dios. Dios refrena también sus impulsos suicidas. Lo hace por causa de su pueblo, que históricamente necesita la cooperación y productividad adicional del no regenerado. Dios los refrena simplemente para hacerlos productivos. Si Dios no los refrenara, ellos serían impotentes.

Por esto el Reino de Dios ganará en cualquier conflicto abierto en situación de competir contra los reinos rivales de Satanás. Los cristianos desgracia damente no creen ésto en nuestra época, y por eso ellos son tan temerosos. Ven que el sistema del mundo satánico empeora, y los malvados se hacen ricos, y la influencia cristiana declina. El reino de

justicia según su perspectiva no puede sobrevivir una pelea justa, mucho menos una pelea injusta. Ellos sacan la conclusión que el pueblo de Dios está definitivamente destinado a ser el derrotado histórico.

Abandonando el Deber

Creen simultáneamente que corno los cristianos no pueden ganar una lucha abierta —socialrnente, intelectualrnente, culturalrnente, económicamente —cualquier esfuerzo para establecer la ley bíblica corno la base del orden y la ley tiene que ser la recomendación de tiranos potenciales. “A fin de cuentas, si esta gente trata realmente de construir concientemente una sociedad expresamente cristiana, y si ellos realmente esperan ganar, entonces tienen que estar planeando imponer la fuerza tiránica. Sabernos que el cristianismo no puede derrotar la religión del poder. Por lo tanto, cualquier programa que propone tal victoria tiene que tener corno su agenda escondida un programa rival de poder.”

Los cristianos generalmente han aceptado corno válida la perspectiva del mundo de la religión de poder. Han determinado que el poder, y sólo el poder, es la base de programas políticos exitosos. Han aceptado el axioma de Мао que el poder (y todo lo demás) viene del cañón de un fusil. No aceptan el principio del servicio de la religión del dominio, es decir, que la autoridad a largo plazo es el producto de una extensión desde abajo hacia arriba de estrategia de Dios del dominio comenzando con el dominio propio bajo la ley bíblica. No

creen que la ley bíblica produzca la paz y la prosperidad social. Por eso, por temer las responsabilidades del dominio, porque confunden al dominio con el poder tiránico, y porque ellos no quieren ser clasificados como tiranos cristianos, los cristianos: (1) tratan de hacerse poderosos según las estrategias políticas aceptables del humanismo; (2) buscan una alianza con los religionistas humanistas del poder contra la religión del dominio; o (3) se retiran de la arena pública en un intento para escapar el deber.

Los cristianos generalmente no creen que Dios en su providencia diseñó la mente del hombre con el propósito de que el hombre ejercitase dominio. No creen que mentes regeneradas, que necesariamente poseen la mente de Cristo (1 Cor. 2:16) son superiores en cuanto al dominio a las mentes no regeneradas que tienen la mente de Satanás. Así es que los cristianos se han retirado repetidas veces de las batallas intelectuales y culturales. Han justifica do estas retiradas por inventar escatologías de derrota inevitable y garantizada para el visible Reino de Dios. Esto les hace que sea más fácil levantar la bandera blanca. “¿Qué más podríamos esperar que la derrota? Después de todo, somos

cristianos.”

Nuestros enemigos han hurtado la visión bíblica de victoria y su doctrina de providencia. Han rehecho estas doctrinas para acomodar sus requisitos. Los cristianos son temerosos del ejército del enemigo que ha hurtado todo lo positivo que ellos tienen en su arsenal. Los cristianos no ven que es nuestro Dios el que hace las reglas. En contraste, nuestro enemigo sabe lo que gana. Satanás no puede ganar si sus seguidores se adhieren a su propia doctrina de caos. Por esto es que él ha hurtado nuestra perspectiva del mundo y nuestra visión.

¿Quién tiene el derecho de adoptar tal programa de victoria? ¿Quién le dio un golpe mortal a la cabeza de su rival (Gen. 3:15) en el Calvario? Concedidamente, la iglesia sufre de una cojera, así como Jacob (Gen. 32:25). El calcañar de la Iglesia está herido, así como Dios prometió que Cristo se heriría (Gen 3:15). Pero la cabeza del enemigo está aplastada. Cuando Ud. entra en la batalla, ¿con cuál herida preferiría marchar? ¿Una cabeza aplastada o un calcañar lastimado?

Los no creyentes fingen ser los que dominan culturalmente hoy. Los cristianos se han visto por demasiado tiempo a sí mismos como los perros sentados debajo de las mesas de los humanistas, esperando que caiga una migaja de pan blanco no enriquecido. Se preocupan por su propia capacidad. Se consideran a sí mismos como ciudadanos de segunda clase. Y los humanistas que se dan cuenta de esta mentalidad auto-impuesta de “ciudadano de segunda clase” han aprovechado de ella.

Las Cinco Doctrinas para el Dominio en la Tierra

Por más de un siglo los creyentes se han retirado al pietismo y el pesimismo antinomios. Esta retirada comenzó en los 1870. Han perdido la visión de la victoria que motivó una vez a los cristianos a evangelizar y asumir el poder sobre el Imperio Romano.

Han abandonado la fe en uno o más de los cinco rasgos de la actitud social cristiana que hace posible el progreso:

(1) La soberanía absoluta del Dios Creador

(2) El pacto de Dios que gobierna a todos los hombres

(3) La herramienta del pacto, la ley bíblica

(4) El presuposicionalismo bíblico —la verdad auto-atestiguadora de una Biblia infalible, la cual es la juez primaria de todas las cosas; y

(5) la dinámica del optimismo escatológico. Debemos llegar a la conclusión, entonces, o la disolución de la cultura humanista moderna se acerca, o los regenerados tienen que recobrar la vista de su herencia teológica perdida: el optimismo basado en el dominio y la ley bíblica.

Los comunistas tienen una versión pervertida de estos cinco puntos. Es por esto que ellos son rivales tan poderosos en contra de los cristianos.

Primero, ellos creen en la soberanía del hombre, como se manifiesta hoy en día por el Partido Comunista, la “vanguardia del proletariado,” lo cual es infalible.

Segundo, ellos creen en un pacto: membresía en el Partido Comunista, la cual es rigurosamente jerárquica.

Tercero, ellos creen que la ley socialista, las instituciones socialistas, y todas las cosas socialistas son producto de una doctrina única. Ellos creen en

su manera exclusiva de lograr las cosas.

Cuarto, ellos creen en la providencia de las fuerzas impersonales de la historia dialéctica, que solo sus líderes comprenden perfectamente en cualquier período histórico dado. El Partido lleva a cabo juicios infalibles porque tiene acceso a su “sagrada escritura”: el marxismo-leninismo. Ellos no recurren a ninguna otra lógica, a ninguna otra fuente de autoridad salvo sus propios libros “infalibles”.

Quinto, son optimistas (por lo menos fuera de la Unión Soviética). Ellos creen que las fuerzas de la historia les han garantizado su victoria histórica. Ellos buscan la victoria inevitable de marxismo en el futuro. Creen en el poder de la violencia revolucionaria para transformar este mundo.

Vemos una confianza parecida en el islam radical, otro rival poderoso histórico al cristianismo.

Primero, los musalmanes creen en un Dios soberano, Alá. Alá predestina todas las cosas. Esta fe es fatalista, pero lleva a una confianza a largo plazo.

Segundo, ellos creen en una organización religiosa de pacto que se asemeja mucho a una jerarquía militar. Son llamados a triunfar sobre sus enemigos en la batalla.

Tercero, creen en la ley islámica y la civilización islámica. Creen que el Occidente no les ofrece nada. Creen que su manera de andar es la única manera válida.

Quarto, creen en su “sagrada escritura,” el Corán. Apelan a ningún otro escrito o lógica para comprobar la verdad del Corán. Tienen una confianza completa en ello.

Quinto, no creen que es posible que pierdan. Alá ha determinado su victoria.

La ciencia humanista moderna ha sido otro gran rival religioso del cristianismo. Hasta muy recien, las ciencias han tenido todos los cinco puntos.

Primero, en vez de la providencia de Dios, los científicos han sustituido la regla ineludible de causa y efecto. Su universo parecía ser gobernado por la causalidad que el método científico puede vencer, luego transferir el poder sobre la naturaleza (y los otros hombres) a una élite científica.

Segúndo, esta élite mantiene la disciplina por medio de su poder a otorgar acceso a las posiciones de profesora do, publicaciones eruditas, y subvenciones del gobierno para investigaciones. Desde el profesor mayor al profesor asociado, al profesor asistente, al

instructor: prevalece una jerarquía.

Tercero, ha tenido confianza en la herramienta científica de dominio, el método científico: experimentos y matemáticas. La ascensión de la computadora parecía ofrecerles aún más razón para creer en esta herramienta metodológica.

Cuarto, han creído en el presuposicionalismo: la verdad auto-atestiguadora de un método casi infalible —no es infalible, pero más perfecto que el que cualquier otro grupo rival posee. La ciencia ha sido considerada como una verdad auto-atestiguadora, una verdad que hace válida todas las otras formas de conocimiento en este mundo, especialmente la religión. El método científico juzga a todas las otras formas de verdad de este mundo.

Quinto, los científicos han sidos muy optimistas acerca del potencial para mejorar las vidas de los hombres por medio de la ciencia y la tecnología. La ciencia libertará la humanidad de los límites de la escasez y la ignorancia. Esta fe en la ciencia era especialmente fuerte antes de la Primera Guerra Mundial.

En resumen, estos cinco puntos son básicos para una visión de victoria. Estos han motivado los movimientos más poderosos que han transformado al mundo en la historia del hombre. Pero ahora que la fe de los rivales del cristianismo disminuye, los cristianos tienen una extraordinaria oportunidad histórica para recapturar las mentes de los hombres con la visión de victoria de la Biblia. Pero esto requiere que los cristianos lleguen a tener confianza en el cristianismo. Esto significa que tienen que tener también la confianza en el futuro terrenal, porque una religión cuyos principios no garantizan el éxito terrenal para sus seguidores como comunidad basada en un pacto no es una religión que inspira confianza.

La Restauración

Los cristianos tienen que traer de vuelta las normas de la cultura externa a la ley revelada de Dios. Tienen que recobrar el liderazgo que perdieron por incumplimiento cuando adoptaron como cristianas las especulaciones de los auto- proclamados apóstatas “razonables.” Si no se hace esto, entonces nos deslizaremos una vez más, hasta que los no creyentes se parezcan al fin a esa tribu africana, los Ik, y los cristianos puedan comenzar el proceso de dominación cultural una vez más. Si ninguno de los dos sucede, entonces la sociedad finalmente volverá al barbarismo.

Desde luego, yo oro por la regeneración de los ateos y el redescubrimiento de la ley bíblica y la escatología bíblica correcta por parte de los cristianos de hoy y los convertidos del futuro. Si veremos tal avivamiento en nuestros días o no, no lo sé. Hay razones para creer que se puede y sí llegará a suceder.7 También hay razones de dudar tal optimismo. El Señor sabe.

7. Gary North, The Sinai Strategy: Economics and the Ten Commandments (Tyler, Texas: Institute for Christian Economics, 1986), pp.86-92: “The Sabbath Millennium.”

Tenemos que abandonar el antinomianismo y las escatologías pesimistas que son inherentemente antinomias. Tenemos que llamar a los hombres de vuelta a la fe en el Dios de toda la Biblia. Tenemos que afirmar que en el plan de Dios vendrá el día de creciente autoconciencia, cuando los hombres llamen a los avaros avaros y a los hombres liberales benignos. (Is. 32). Este será un día de tremendas bendiciones externas —el más grande de la historia. Las grandes épocas de tal autoconocimiento se despliegan delante de nosotros. Y al final de los tiempos viene una generación de rebeldes que distinguen los avaros de los liberales, y que declaran la guerra contra los santos (Rev. 20:7-8).

Ellos perderán esta campaña final de maldad (Rev. 20:9).8

8. Gary North, Dominion and Common Grace: The Biblical Basis of Progress (Tyler, Texas: Institute for Christian Economics, 1987).

¿Por qué deben permanecer pesimistas los cristianos acerca del futuro terrenal? ¿Destruirá Dios su pago inicial (la manifestación preliminar) de Cielo Nuevo y Tierra Nueva (Is. 65:17-20)? ¿Borrará Dios la señal de que su palabra ha sido obedecida en la historia, que el pacto del dominio casi ha sido cumplido por la gente regenerada? ¿Se gozará Satanás, aquel gran destructor, de ver impedida la palabra de Dios, y la obra de la iglesia de Dios derribada por los enjambres de Satanás? El pesimista dice que sí. El optimista del dominio lo tiene que negar con toda su fuerza.

Hay continuidad en la vida, a pesar de las discontinuidades. La riqueza del pecador se acumula para el justo. A Satanás le gustaría quemar el campo de Dios, pero no puede. La cizaña y el trigo crecen hasta la madurez, y entonces los segadores salen a cosechar el trigo, separando la cizaña del trigo, y echándola en el fuego (Mat. 13:24-43).

A Satanás le gustaría detener el juicio final de Dios sobre el pecado, regresar al principio, regresar al huerto de Edén, cuando el pacto del dominio fue dado por primera vez. El no puede hacer esto. La historia marcha hacia el cumplimiento del pacto del dominio —tanto cumplimiento como la humanidad pueda lograr antes del juicio final. En ese momento,

Satanás usará lo que le queda de su tiempo y su poder para lanzarse contra el pueblo de Dios. Cuando use sus dones para llegar a ser finalmente y totalmente destructivo, él será derribado desde arriba.

Y los mansos —los mansos delante de Dios, y por lo tanto activos en la creación —por fin heredarán la tierra. Una tierra renovada y un cielo renovado son el pago final de Dios el Padre a su Hijo y a los que le ha dado a su Hijo. Pero antes de ésto, el cristianismo reinará victorioso en la tierra. Esta es la esperanza de la teología del dominio.

Resumen

Los que son éticamente subordinados a Satanás pueden recibir las bendiciones externas si ellos obedecen la ley de Dios externamente. En el día final, ellos se rebelarán. Por eso, el creyente de la teología del dominio no predica que el mundo entero algún día será poblado exclusivamente por gente regenerada.

Al negar la legitimitad de la ley del Antiguo Testamento en la época del Nuevo Testamento, los cristianos abandonan la herramienta del dominio que Dios les ha dado a su pueblo para cumplir las condiciones del pacto del dominio (“el mandato cultural”). Han abandonado el programa de Dios de “confirmación positiva” —la santificación progresiva de la civilización. Han abandonado por lo tanto una escatología de victoria en la historia.

Si las promesas condicionales de Deut. 28:1-14 se toman en serio, y nuestra llenura con poder del Espíritu Santo se toma en serio, entonces la doctrina del progreso histórico también se puede tomar en serio. Este progreso tiene que llegar a ser externalizado por el sistema bíblico de la confirmación positiva (Deut. 8:18). Al negar tal progreso institucional histórico, el pesimista tiene que rechazar la ley bíblica.

Estamos en medio de una guerra —una guerra contra el humanismo. El humanismo no respetará los santuarios cristianos. El humanismo tiene que ser derrotado. La ley bíblica es el arma, con los cristianos llenos con el poder del Espíritu Santo. Los cristianos que creen en la teología de dominio llaman a los hombres a alzar el arma de Dios, la ley bíblica, para llevarla consigo cuándo lleven el evangelio a los perdidos. No puede haber más pretextos para la impotencia cultural.

Los cristianos poseen la herramienta del dominio. No hace bien alguno decir que los cristianos no pueden ganar en la historia, porque tenemos las armas para ganar. Cualquier excusa ahora es simplemente falta de deseo de unirse a la batalla. Pero como en los días de Débora, hay muchos que se deciden a no luchar. Y algún día, alguna Débora futura cantará una versión moderna de: “Galaad se quedó al otro lado del Jordán: ¿Y por qué se quedó

Dan en los navios? Mantúvose Aser a la ribera de la mar, y quedóse en sus puertos” (Judges 5:17).

Si se ve el progreso como exclusivamente interno, o a lo sumo eclesiástico, entonces la historia llega a ser ineludiblemente antinomiana. La ley bíblica se tiene que abandonar. El problema: la ley bíblica en los tiempos neotestimentarios no permite el fracaso a largo plazo. La ley bíblica lleva necesariamente a resultados visibles positivos, que a su vez debe reforzar la fidelidad, y también servir como una luz a los no creyentes (Deut. 4:6-

8), una ciudad asentada sobre un monte (Mat. 5:14).

En resumen:

1. Dios otorga el éxito externo a los cristianos que obedecen su ley.

2. El hace esto para confirmar su fe en la seguridad de Sus promesas basadas en el pacto.

3. Podemos llamar este sistema de bendiciones basadas en el pacto la confirmación positiva.

4. La historia es lineal (una línea recta).

5. La historia también es progresiva.

6. La victoria es un concepto ineludible.

7. La única pregunta es: ¿Quién ganará?

8. Algunos cristianos predican la derrota histórica de la iglesia.

9. Esto significa que no hay un aspecto de la confirmación positiva de la ley de Dios en la

historia.

10. La Biblia dice que la riqueza del pecador es guardada para el justo (Proverbios 13:22).

11. Esto no tiene sentido si este versículo aplica sólo al mundo sin pecado después del juicio final.

12. La ley bíblica es nuestra herramienta de dominio.

13. Los que rompen el pacto tienen que llegar a ser inconsistentes con la perspectiva y la filosofía mundial de Satanás si habrán de ganar el poder.

14. Los cristianos pueden hacerse más poderosos al hacerse más consistentes con la perspectiva del mundo de su Dios.

15. Esta es una ventaja principal que los cristianos tienen sobre los no-cristianos: la consistencia funciona para los cristianos.

16. Para ganar mucho poder, los satanistas deben hurtar una gran parte de la perspectiva mundial de los cristianos.

17. Cuándo los cristianos comienzen a tomar la ley de Dios en serio, comenzarán a conquistar el mundo.

18. El Espíritu Santo ha llenado con poder a los cristianos de una manera en que no lo hizo con los creyentes del Antiguo Testamento.

19. Este derramamiento de poder va a manifestarse progresivamente en la historia.

20. Entonces ¿por qué creen algunos cristianos que Jesús será un fracasado en la historia?

21. Los cristianos poseen las cinco doctrinas de la victoria terrenal.

22. Los principales movimientos religiosos rivales que han conquistado el mundo han tenido también imitaciones de estas cinco doctrinas.

23. Su fe está disminuyendo.

24. Los cristianos tienen que trabajar para restaurar la fe de los hombres en la validez de la ley bíblica.

25. Los cristianos tienen que abandonar el antinomianismo y el pesimismo acerca del futuro terrenal.

26. Nos espera una época de tremendas bendiciones económicas y espirituales.

27. Satanás no impedirá la Palabra de Dios y el pueblo de Dios en la historia.

28. Satanás no puede retrasar el reloj, aunque así lo quiera.

29. Los mansos delante de Dios heredarán la tierra.

30. El aspecto de la confirmación positiva de la ley bíblica no permite la derrota externa de los cristianos, que ha llenado el Espíritu Santo para obedecer a Dios.